Fueron cientos las personas que a lo largo del día se hicieron presentes en la Catedral Metropolitana para darle el último adiós a Edgar Perea. Entre ellos amigos de infancia como Gerardo Agámez, e incluso rivales radiales como Paché Andrade.

Gerardo Agámez estaba sentado en una de las bancas de la Catedral Metropolitana, con un bastón apretado contra el pecho, viendo desde la distancia el féretro adornado con una bandera de Junior, donde reposa el cuerpo de su amigo de infancia, Édgar Perea.

“Édgar Perea y yo nos conocimos cuando su papá lo llevó al pueblo. Ambos estudiamos juntos en el colegio. El siempre tomaba el micrófono para animar los bazares de la iglesia", recordó.

Sin embargo, Gerardo no fue el único que se dio cita en el lugar.

Con sorpresa, el narrador Paché Andrade, reconocido en Bogotá por sus altos niveles de sintonía, se hizo presente para darle un adiós a quien considera su “hermano”.

“La gente piensa cosas que no son. Entre nosotros existe rivalidad, pero solo en el micrófono. Fuera ambos éramos tan amigos, que aquí estoy dejando todo de lado para despedir a mi hermano”.

Paché resumió en una frase la calidad para narrar y estilo del ‘Campeón’, pues siempre dijo que “Édgar Perea tenía conectada la garganta al corazón. El no tenía técnica vocal, era todo sentimiento. Por eso era tan grande”, cerró.