Kylian Mbappé celebra tras marcar, de penalti, el segundo gol del Real Madrid.
Kylian Mbappé celebra tras marcar, de penalti, el segundo gol del Real Madrid.
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EFE

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Con dos penaltis de Mbappé, Real Madrid le remontó al Olympique

El cuadro merengue se impuso 2-1 a los franceses en el Santiago Bernabéu.

Dos penaltis materializados por Kylian Mbappé en una nueva noche europea con remontada en el Santiago Bernabéu, desató la ilusión del madridismo, orgulloso de la imagen del primer acto pero obligado a vencer 2-1 al Olympique de Marsella en inferioridad, por segundo partido consecutivo, por la expulsión de Dani Carvajal, gracias a la aparición de Vinicius tras un nuevo toque de atención.

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Nada alteraría al Real Madrid, ni el posterior gol que le situaba por debajo en el marcador. Rodrygo, con hambre de recuperar el estatus perdido, encaraba siempre con habilidad. Mastantuono en su presentación al fútbol europeo, mordía en cada acción. En una acción con más garra que calidad, se estrelló por insistencia con el poste.

Merecía el gol un Real Madrid hambriento que había rematado nueve veces hasta un error que Güler no debe cometer en su nueva demarcación. Blando, le robaron la cartera y sorprendieron a la defensa descolocada. Greendwood rompió por el centro y Weah definió a la red.

El Marsella, viendo la falta de acierto madridista en el remate, aceptaba el intercambio de golpes. El Real Madrid presionaba tan arriba que se destapaba detrás y Weah se convertía en pesadilla. Sin tiempo para el respiro, segundos después Rodrygo citaba a dos defensas para superarlos con amagos y ser derribado por Kondogbia. El claro penalti lo aprovechaba Mbappé para su quinto gol en cinco partidos del curso.

El argentino Franco Mastantuono intenta superar a Tim Weah.

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Sostener la intensidad del primer acto era un imposible. Con menos esfuerzo el Real Madrid debía encontrar el acierto. De nuevo con Mbappé rondando el gol en el arranque y Mastantuono, con tanta voluntad como desacierto en la definición, como primeros protagonistas.

Pedía aire, bajaba el ritmo de juego, se encontraba con una nueva amenaza de Aubameyang, que soñará con Courtois, y cuando Xabi ya había dado paso a Vinicius para que se reivindicase, llegó una acción impropia de la experiencia de Carvajal. El capitán, picado con Rulli, buscó su cabeza y con un gesto cayó en la trampa. El VAR avisó al colegiado. Era el minuto 71. Si el Real Madrid quería ganar, lo debía de hacer por segundo partido consecutivo con diez.

Y fue cuando apareció Vinicius. Perdonó la primera que se inventó y a la segunda sacó oro de una mano de un defensor, Medina, que se lanzaba para frenarlo. Discutida por el Marsella, aprovechada por Mbappé. Con la remontada en las manos, tocaba cerrar el partido defendiendo y amparándose a Courtois que tenía reservada una nueva parada salvadora, a Greendwood, para certificar el estreno con triunfo en el primer paso de la búsqueda de la decimosexta.

EFE

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