¡Canta y no llores!: México se coronó campeón mundial sub-23 ante Japón
Lo derrotó en 2-1 en 10 entradas para llevarse el primer título.
La novena de México se proclamó este domingo por primera vez campeón mundial de Béisbol, en el Mundial de la categoría sub-23, desarrollado en el estadio Édgar Rentería de Barranquilla, al vencer en la gran final a la representación de Japón, que llegó invicta pero que al final no pudo descifrar al pitcheo manito.
La victoria se la acreditó el primer relevo mexicano Rafael Ordaz(1-0), quien lanzó por espacio de 1.2 de entrada, en los cuales toleró un hit, no le fabricaron carreras, otorgó una base por bolas y ponchó a un japonés.
De otro lado, la derrota la cargó Kakeru Narita (1-1), quien lanzó por espacio de 1.2 de entrada, en los cuales le anotaron 2 carreras, le conectaron 2 imparables, negoció una base por bolas y ponchó a 2 bateadores.
El juego salvado se lo acreditó el mexicano Erick Casillas (2), quien completó labor de un tercio de entrada, en el cual no le fabricaron carreras, ni le pegaron imparables, tampoco dio tiquetes gratis y no logra ponchar a ningún contrario para colgar el último out del partido.
Los aztecas, que llegaron como un equipo sin tanto bombo, tuvieron el enorme desafío en la final de enfrentarse a un equipo que llegó con ocho victorias a la final, en igual número de partidos. Japón, el reinante campeón, era el gran escollo para los mexicanos.
México por poco se fue en ventaja en la segunda entrada, cuando con dos out en la pizarra, Bernardo Heras sacó un hit al jardín de la derecha, propiciando que Alan García intentará irse a la registradora desde la segunda base, sin embargo el recorte del patrullero Ukyo Shuto fue tan bueno que alcanzó a poner la bola en home para que Kengo Horiuchi sacara de circulación al corredor y diera por terminado el capítulo.
Una de las jugadas más curiosas del partido llegó en la parte alta de la octava entrada, cuando el corredor Marco Jaime intentó llegar a segunda en jugada de pisa y corre tras un elevado de sacrificio al bosque de la izquierda, sin embargo el recorte del guardabosque llegó rápido al parador en corto, que desenfundó a segunda para dejar out de calle al corredor y demostrar el poder defensivo de los nipones.
Fue en esa entrada en que el mexicano Carlos Morales terminó su apertura, con un trabajo impresionante. El derecho estuvo dictatorial, en un partido donde tiró 8 entradas, sin recibir carreras, tolerar tan solo un inatrapable, hacer abanicar a 6 japoneses y no otorgar ni una sola base por bolas.
Sin carreras en la pizarra, los equipos se fueron a la décima entrada donde se definiría al campeón, aprovechando la regla del desempate de la Confederación Mundial de Béisbol, en la cual cada equipo jugará con dos hombres en base, siendo estos los dos últimos al turno al bate en la entrada anterior.
Fue así, que a batear llegó a Bernardo Heras, quien hizo el trabajo de un toque de sacrificio para avanzar a Walter Higuera a tercera, quien entró a correr, y a Orlando Piña a segunda. El cuadro de Japón jugaba adelantado y con un buen batazo entrarían dos carreras.
El turno para la gloria fue para Fabricio Macías, quien sin dudarlo, sacó un machucón por encima de la cabeza del parador en corto y que se internó corto al jardín central para fletar las dos carreras a la registradora y poner el 2-0.
Ya en la baja de la décima, Japón también contó con la fórmula de dos corredores en bases, con Ryosuke Kishisato en primera y Taiga Matsuo en segunda. Al madero llegó el cuarto bate Yasuhito Uchida, quien hizo la labor del sacrificio para adelantar los corredores y dejar todo para el empate japonés.
El trabajo del remolque lo hizo Hisanori Yasuda, con una roleta entre segunda y primera, para forzar el out en la inicial y facilitar, en ‘jugada de hit and run’, el descuento 2-1 en los bombachos de Matsuo, pero dejar la pizarra con dos outs.
Sin embargo, al tapón llegó el cerrador Erick Casilla, quien con las bases llenas y en cuenta de dos bolas y dos strikes, dominó a Kenji Nishimaki con un elevado al jardín de la derecha, donde Ureña fildeó sin problemas para sellar el título de campeón mundial para los mexicanos.
Así México logra destronar al poderoso Japón, en un partido para el recuerdo del deporte y de los aficionados a la ‘pelota caliente’ de Colombia y en especial de Barranquilla.