La violencia e irascibilidad que se evidencia por estos días en muchos sitios de Barranquilla, donde, por ejemplo, los fines de semana es común registrar graves e intensos enfrentamientos a botellazos en lugares a los que supuestamente se va a rumbear y disfrutar de un rato de diversión; se trasladó el domingo 23 de enero a la tradicional cancha de fútbol recreativo del barrio Nueva Granada.

Allí, el árbitro Wilson Antonio Ramírez Campo, quien acababa de oficiar de juez central en un encuentro que definía al equipo finalista de un torneo de veteranos Plus 50, fue agredido brutalmente por el propietario y jugador de uno de los equipos que estuvo en contienda.

El silbato recibió golpes y patadas en los testículos que lo mantienen recluido en este momento bajo severo tratamiento médico en una de las clínicas La Misericordia de la ciudad.

El agresor, quien actuó en presencia de aficionados y otros futbolistas, fue identificado como Jairo César Gutiérrez Jiménez, un contador público conocido en muchas canchas abiertas por su afición a este deporte, y también por sus actitudes violentas a la hora de dirimir jugadas o controvertir decisiones de los árbitros, según manifestaron aficionados que denunciaron el hecho en Zona Cero.

El incidente del domingo pasado ocurrió en el área de camerinos de la cancha, después de finalizado el juego, en medio de una discusión originada por Gutiérrez Jiménez que le reclamaba al referí no haber sancionado faltas en su contra en desarrollo del choque futbolero, dijeron testigos.

De las palabras se fueron a los hechos, y la peor parte la llevó el silbato Wilson Ramírez al recibir trompadas y la salvaje patada en la zona testicular, que obligó a la hospitalización en el centro asistencial.

Ramírez está a la espera de unos exámenes médicos especializados a efectos de establecer su estado de salud.

La víctima del ataque, Wilson Antonio Ramírez Campo, es un reconocido silbato del fútbol aficionado en el Atlántico, que incluso ha sido tenido en cuenta como árbitro y juez de línea en partidos del torneo profesional colombiano que maneja la Dimayor.

El encuentro que terminó con este bochornoso percance lo protagonizaron los equipos Independiente Hipódromo, de Jairo César Gutiérrez Jiménez, versus Familia Hugo Luis Urruchurto, del conocido hombre de radio.

La definición del finalista se resolvió mediante cobros desde el punto de penal, y terminó ganador el conjunto Urruchurto, lo que al parecer motivó el descontento y la agresión posterior de Gutiérrez Jiménez contra el árbitro Ramírez.

Las dos partes se encuentran en diálogos ante la posibilidad de que haya una acción penal en Fiscalía.