"Bajo el mando de Ecclestone, la F1 era un negocio que decía no a todo": Chase Carey
El nuevo presidente del máxima división de carreras del mundo habló de la anterior administración.
Pocos meses después de asumir el cargo de presidente de la Fórmula 1, el estadounidense Chase Carey defiende el plan con el que quiere "abrir" la competición y acabar con la filosofía que, según su opinión, había implantado su predecesor, Bernie Ecclestone.
"Bajo el mando de Bernie (Ecclestone), la Fórmula 1 era un negocio que decía no a todo. Ahora queremos decir sí a muchas más cosas", ha explicado, en un encuentro con periodistas celebrado en Barcelona, el jefe de la Fórmula 1 desde que la empresa Liberty Media se hiciera con el control de la competición automovilística.
Con una operación valorada en 4.400 millones de dólares, dicha empresa de comunicación pretende "encontrar los recursos" para propulsar un deporte que conecte con los aficionados.
"Queremos ayudar a crecer este deporte, que el negocio aumente y captar la atención de más seguidores, conectar con más gente", ha subrayado Carey, que se ha desplazado hasta la capital catalana para acudir a la presentación del GP de España que se celebrará en el Circuito de Barcelona-Catalunya el próximo 14 de mayo.
En este sentido, entre los planes del recién nombrado mandamás de la F1 está el de "mejorar la competición" con el objetivo de que las carrera tengan "más acción, con más adelantamientos", algo que, según ha precisado, no podrá cambiar en tres meses.
Por ello, en el calendario está marcado el 2020 como año para que los cambios previstos sean visibles en la competición: "Mis objetivos reales están centrados en el 2020. Estoy más preocupado por lo que será este deporte dentro de tres años que en los próximos tres meses".
Uno cambios que no solo pasan por replantear los motores de los monoplazas -"progresar tecnológicamente es una ventaja pero no es una ventaja definitiva", ha dicho-, sino en implementar un cambio de filosofía desde el punto de vista de la mercadotecnia con el objetivo de "enganchar" a los aficionados.
Por ello, una de los espejos de Carey es la industria del entretenimiento deportivo de Estados Unidos, sector en el que ha desarrollado buena parte de su carrera profesional.
"Tenemos que ser más que una carrera. La carrera del domingo tiene que convertirse en el centro de todo, pero queremos transmitir entretenimiento a los seguidores de la Fórmula 1 con comida, música, exposiciones, exhibiciones, cosas para todo el mundo, creando vínculos con toda la ciudad", ha desgranado.
Quizá por ello, ha citado la Super Bowl y un combate de los pesos pesados en Las Vegas como ejemplos con los que la Fórmula 1 debería fijarse con vistas al futuro.
"He estado en las últimas 25 ediciones de la Super Bowl y ese fin de semana es una gran espectáculo y el partido es secundario", ha puntualizado.
No obstante, ha matizado que no quiere que las carreras sean "secundarias", pero sí que los espectadores tengan "una gran experiencia"
Así, Carey ha defendido la necesidad de que cada evento "sea diferente" y que cada país que acoja una de las 21 carreras del Mundial tenga un sello único para sorprender "la imaginación" de los espectadores.
Por ello, cuando Carey se refiere al legado de su antecesor se muestra algo contrariado con la manera que ha dirigido el circo de la Fórmula Uno en los últimos años, aunque dice tener "un gran respeto" por lo que Ecclestone hizo "construyendo este deporte".
No obstante, reconoce que se ha producido un "déficit en la dirección" del negocio, especialmente desde el punto de vista de mercadotecnia y competitivo.
"Hay una diferencia de presupuesto entre equipos y eso afecta la competitividad", ha recordado Carey quien insiste en la necesidad de "abrir" la Fórmula 1 con la "innovación" como principal premisa y mejorar, así, el "espectáculo".
EFE