Vargas Llosa defiende la literatura como garante de la democracia y libertad
El escritor hispano-peruano defendió la literatura en un momento en el que se plantea como una actividad "marginal y prescindible" en los planes de estudios universitarios.
Mario Vargas Llosa defendió hoy el papel "fundamental" que juega la literatura como garante de la democracia y la libertad, al formar a ciudadanos informados, con espíritu crítico y conscientes de los que significa la verdad y la mentira, la justicia y la injusticia.
En su investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Burgos (centro de España), el nobel de Literatura afirmó que "nada es tan útil" para una sociedad que quiere ser libre como estar "impregnada de buena literatura". Un arte que favorece la formación de ciudadanos, "quizás no más felices", pero sí mejor informados y con un espíritu crítico, agregó.
"Nos hace ciudadanos más conscientes de lo que significa para una sociedad la justicia y la injusticia, la verdad y la mentira, la dicha y la infelicidad", aseguró el autor de "La fiesta del chivo".
La literatura ayuda a valorar la importancia de la libertad, la existencia pacífica y la diversidad, "valores supremos" -recalcó- y privilegios de una minoría del mundo.
Por ese motivo, el escritor hispano-peruano defendió la literatura en un momento en el que se plantea como una actividad "marginal y prescindible" en los planes de estudios universitarios.
"Nada nos ayuda tanto a desconfiar del poder como la buena literatura", y tampoco ningún otro arte enseña que el mundo en el que vivimos está por debajo de lo que "somos capaces de soñar", reflexionó Vargas Llosa.
Además contrapuso literatura a periodismo, recordando que los periodistas "no deben mentir" sino trasmitir "con matices la verdad", siendo esta una de las diferencias entre ambos oficios.
El escritor afirmó que, como en el periodismo, la literatura debe procurar llegar siempre a un público, puesto que "la oscuridad no es ni mucho menos una garantía de complejidad".
Y recordó que algunos escritores se aislan en su propio mundo, "de una complejidad extraordinaria", que solo pueden llegar a disfrutar y comprender los elegidos.
Sin embargo, la literatura debe ser accesible para cumplir con esa función social de mostrar que la realidad es mucho más compleja de lo que parece a simple vista.
EFE