‘Joselito Carnaval’, despedido entre lágrimas y piernas peludas
Sufro por el fin del Carnaval, pero me preparo para disfrutarlo el otro año.
Ya llegó. El día al que nadie quería que viniera. ¡Se acabó el Carnaval!
Por un año no habrá Marimondas ni Monocucos ni bulla ni desorden. “¡Ni siquiera pienses eso! ¡Después de todo eso todavía no has entendido Barranquilla mi amor!”, me gritó mi esposa horrorizada cuando le contaba cómo iba a empezar este artículo y siguió: “¡Sin bulla y desorden esta ciudad no existe! Por lo menos lo de la Marimonda y del Monocuco es verdad”.
El Carnaval 2015 se acabó – pero este fin se celebró de una manera bien creativa con el desfile de Joselito se va con las cenizas.
Lo que me hizo pensar cómo era el final del Carnaval en otros países e investigué.
En muchos países hay una tradición de terminar el Carnaval de una manera especial. En el Carnaval más grande de Alemania, en Colonia, encienden muñecos de paja. Así queman todos los pecados que ha cometido la gente mientras dura la fiesta.
En Tenerifa, España, entierran una sardina gigante de papel por el mismo motivo y en la ciudad griega de Galaxidi se despiden de la temporada del Carnaval con una batalla alegre de harina.
Se nota que en muchas fiestas carnavaleras en el mundo hay una despedida especial y con curiosidad le pregunté a mi esposa:
– “¿Qué pasará el martes? Y más importante: ¿Quién es ese Joselito?”
– “Mira”, me contestó, “Joselito es una persona que gozaba el Carnaval demasiado. El martes se muere enguayabado y su viuda lo llora”.
– “¡Que fin triste! Por qué no celebran la despedida del Carnaval con una fiesta alegre, como la gente en Grecia?”, le pregunté.
– “¿Sabes qué? Ve a la Casa del Carnaval y mira ese desfile del Joselito. Después seguimos hablando”, me dijo sarcástica.
¡Joselitoooo! Lágrimas y piernas peludas
Entré al lugar de las lágrimas. Dominaba el negro de los vestidos de las viudas. Pero... a la segunda mirada me di un susto por tantas piernas peludas. Habrá dos explicaciones. Por la borrachera de los días pasados a las mujeres se les olvidó a afeitarse las piernas o la otra opción es que a los hombres les gusta vestirse de mujeres.
Sin duda era la opción segunda. Hasta el famoso ‘Paragüita’ se vestía de ‘viuda’ triste y sus respectivas Marimondas llevaban un traje negro. Al mirar al público me di cuenta que los colores alegres hicieron espacio al negro.
Las viudas lloraban inconsolables, entre ellas la Reinita Fabiana y la Reina Cristina, pues era su última actuación carnavalera.
“Ay Joselito.’ En ese momento se me ocurrió una cita del ‘Ñato mama ron’: “¿Por qué tomas tanto ron, hombre?“, y me pregunté cuántos de estos Joselito habrá de verdad en la ciudad. Yo mismo conozco por lo menos dos.
Pero – sin duda – entre las lágrimas y los gritos se podía identificar unas risas. 'Lágrimas alegres', lo llamo yo.
Hoy es muy probable que palpiten dos corazones en los barranquilleros: por un lado se lamentan de que el Carnaval se acabe, pero por otro lado saben que necesitan una pausa de la maicena, del ron, del desorden y del poco sueño. Y a decir verdad, yo tampoco estoy seguro todavía si opto por la lágrima o la risa.
Hasta el próximo año cuando resucite Joselito
En la tarde después del desfile me encontré con mi esposa y hablamos: “Mira, te dije que con la muerte de Joselito se acaba la alegría. Todos lloraban y llevaban luto. ¡Ahora a trabajar y sufrir la cuaresma!” le dije.
“Ni se te ocurra pensar que la alegría de mi pueblo se acabe algún día”, me contestó.
“¿Sabes por qué? Primero por la calidez de la gente, segundo por lo mamadores gallo y tercero porque sabemos que el ‘Joselito’ resucitará el Sábado del Carnaval el próximo año”.
Después de tanto alboroto, lágrimas, piernas peludas, asoleadas en la Vía 40, maicena, espuma y alegría, yo me pregunto.
¿Mañana miércoles de ceniza también venderán ron en las tiendas?
Por Thomas Ritter