Manual para robar tierras (Primera parte)
Apoderarse de un lote ajeno es más fácil de lo que se piensa y, actualmente, es uno de los negocios más lucrativos del país.
Lo primero es armar equipo. Para empezar, usted necesitará:
- Una persona sin antecedentes penales ni empleo formal, preferiblemente sin residencia conocida y que se haya dedicado buena parte de su vida al campo (estos detalles serán importantes más adelante).
- También necesitará a alguien que aporte capital semilla para gastos como adecuaciones menores al predio, sustento de la(s) persona(s) que pondrá ahí y, por supuesto, pagar los costos de las transacciones con las autoridades.
- A propósito: tendrá que incluir en su equipo a alguien de la inspección de policía y de la secretaría de gobierno de la Alcaldía (estas serán su primera y segunda instancia más adelante).
- No olvide al notario amigo y al registrador de la zona; si no están disponibles, algún secretario proactivo bastará por ahora.
- Dependiendo de la modalidad que escoja, puede necesitar a alguien en el IGAC que le “corra” una que otra línea en el plano.
- Además, necesitará a alguien con un mínimo poder de mando en la policía del cuadrante para hacer lo más importante: nada.
- Y, hablando de mando, como el atractivo del negocio ya es vox populi, seguramente tendrá que hablar con la banda criminal de turno en la zona para definir el CVY.
- Finalmente: necesitará un equipo legal. No se preocupe, no tendrán que ser los más competentes; lo que les falte en derecho, ya lo ha compensado usted incluyendo en el equipo a personas en todos los puestos clave.
Con esto basta por ahora. Ya después, según dé el negocio, deberá pensar en entes de control (como la personería o procuraduría) o, incluso, en la justicia local. Pero eso no siempre se requiere, así que, si hace falta, luego se busca.
El plan tiene cinco fases:
- Fase I - Fuerza, se hace como pueda con el terreno;
- Fase II – Policiva: se obtiene un amparo;
- Fase III – Notaría y registro: se adelantan trámites de compraventa de posesión y/o inscripción de escrituras;
- Fase IV – Judicial: se activa un reivindicatorio y se defiende en los demás frentes y
- Fase V – Aprovechamiento: se micro-lotea y vende en efectivo a terceros de buena o mala fe.
Al cabo de todo esto, desaparezca con el dinero e inicie nuevamente.
Es así de sencillo. Pero antes de emprender, conviene que sepa por qué es tan atractivo el negocio. La respuesta es simple: alto rendimiento y bajo costo.
Para explicarlo de forma ilustrativa, comparemos con el asalto a un banco:
Empezando por el botín, si usted saliera con $100 o $200 millones de pesos del banco, ¡sería un éxito rotundo! En comparación, según la ubicación del lote y el POT del municipio, cualquier 5 o 10 hectáreas pueden triplicar esa ganancia. Ni siquiera hace falta que piense en grande, aquí siempre hay plata para todos.
En lo que respecta a riesgos, actualmente el Estado colombiano se ha organizado en torno a la protección de las entidades financieras. En cambio, el ciudadano de a pie no tiene convenios con la fiscalía, policía dedicada ni protocolos interinstitucionales o mesas permanentes de trabajo con autoridades. Usted ni siquiera necesitará andar armado ni montar en incómodas parrillas de motos. Basta con tener papel y lápiz: literalmente, de un plumazo, puede hacerse millonario.
Por si esto no fuera suficiente, tenga su conciencia tranquila: con la historia de inequidad y ancestral despojo, siempre podrá dormir tranquilo convenciéndose a sí mismo de que está reclamando lo suyo. A veces, incluso, si la falsificación es buena, podrá convencer a terceros.
Tenga entonces todo listo para iniciar. En el siguiente capítulo, explicaremos lo que debe saber sobre las fases y roles de cada miembro de su equipo.
*Dedicatoria: A todas las autoridades que no tienen ni idea de qué les hablan cuando los ciudadanos les piden ayuda.