Temilda Vanegas Fuentes.
Temilda Vanegas Fuentes.
Foto
Juan Pablo Mercado.

Share:

“Me escondí en una tumba vacía y con un palustre cavé hasta encontrar el cadáver de mi esposo en el Calancala”

Los restos de su esposo los encontró 45 días después de su desaparición, pero solo hasta 2024 realizaron la exhumación.

Hoy se cumplen 39 años desde la desaparición de Jorge Adalberto Franco Argumedo, un comerciante de artesanías y líder social del Magdalena, quien fue visto por última vez el 4 de noviembre de 1987.

Su esposa, Temilda Vanegas Fuentes, no ha dejado de buscar justicia, contar su historia y ayudar a quienes tienen familiares desaparecidos. 

Fue desaparecido por paramilitares en la Hacienda Santa Martica, corregimiento Real Del Obispo municipio de Tenerife ,Magdalena, en asocio con algunos agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) rural de Pivijay, Magdalena.”

Temilda narró que su esposo era comerciante de artesanías, compraba y vendía en los pueblos, pero también era militante de un partido de izquierda y líder social.

Jorge Adalberto Franco tenía 38 años cuando desapareció, “el día que salió de Cartagena con rumbo hacía San Jacinto (Bolívar), donde acostumbraba a comprar artesanías para luego venderlas en otros pueblos de la Costa”.

Cuenta Temilda que su esposo “compró las artesanías y en una chalupa salió para Plato, Magdalena. Sin embargo, le desviaron la chalupa y llegó a Real del Obispo (Tenerife). Allí habría sido bajado junto otras personas que iban sometidas por el grupo paramilitar. No solo lo mataron a él, mataron tres más. Fue un caso colectivo”.

Temilda Vanegas Fuentes.

La mujer aseguró que los detalles de la desaparición de su esposo fueron conocidos por ella misma el 11 de noviembre, días después de que su esposo no regresó a su casa y que ella muy valientemente realizara el recorrido que hizo Jorge en aquel momento. 

Durante 45 días, Temilda recorrió caminos, estaciones de policía, despachos judiciales y cementerios buscando noticias. 

El 16 de diciembre, 45 días después de la búsqueda continua, yo me enteré que estaba muerto y que estaba sepultado en el cementerio Calancala de Barranquilla como NN. Yo llegué hasta el cementerio, le pido al sepulturero que me muestre el cadáver porque ya me habían dicho que él podía hacerlo, me dijo que no porque ya él se iba y que ese olor se le pegaba en la ropa”, detalló. 

Temilda aseguró que se llenó de valor y armó una estrategia para lograr su propósito: Hallar los restos de sus esposo. 

Yo armé una estrategia. Me fui a una ferretería, compré un foco de mano, compré un palustre y unos guantes, me metí al cementerio, me escondí dentro de una bóveda que estaba destapada, que estaba sin utilizar, esperé que oscureciera y a las 8 de la noche empecé a cavar la fosa como un topó y lo logré, yo destapé toda la fosa”.

Según la mujer, Jorge tenía unas cualidades únicas que le ayudaron a identificar el cuerpo de su esposo. 

Primero vi la calavera. ¿Por qué lo reconocí? porque él tenía una cualidad única en la dentadura y es que en la parte superior tenía tres dientes que parecían cuatro, nadie sabía, solo su odontólogo, él y yo. Los rasgos del cuerpo óseo que no se pierden, por ejemplo los pómulos nasales, el tabique, el mentón y a pesar de que tenía un corte de sandía en la frente porque le hicieron necrosis, yo se la coloqué y si era mi esposo, yo me convencí que era él. Luego de abrir toda la fosa, llegué hasta donde estaban los pies y ahí estaba la bolsa con la ropa que él llevaba y zapatos”.

Temilda no dudó en decir tras hallar los restos de su esposo, que “ se me puso el mundo como una moneda, porque yo aspiraba a encontrarlo asi hubiese sido preso, en un pabellón leyendo un libro, sentado en una celda de una cárcel cualquiera”.

Con voz firme, aseguró que no lloró aquella noche. “Lloré por él antes de que se fuera a San Jacinto, le rogué que no lo hiciera. No sé por qué mi corazón me decía que se iba y no regresaría. Y la noche que destapé la fosa no lloré porque lo que yo quería ver tenía que verlo con mis ojos limpios, sin empañarse sin llorar sin nada”.

Atención de la UBPD en el Atlántico.

Temilda informó sobre el hallazgo de su esposo, pero las entidades encargadas no hicieron nada para realizar la exhumación. Denunció su caso ante la Procuraduría General de la Nación debido a que en la muerte de su esposo habrían participado agentes del DAS Rural. 

Pasaron 38 años para que los restos que halló la mujer fueran exhumados en agosto de 2024.

Llevo 39 años en esta lucha y definitivamente hasta el día de hoy no tengo resultados de ninguna especie, a pesar de que el año pasado se hizo la exhumación de los restos de un cadáver donde yo creo que estaba enterrado mi esposo, porque es que ahí ha habido mucho movimiento de restos humanos. Los restos se los llevaron para Bogotá y hasta ahora no me han informado nada”.

Actualmente Temilda espera que su esposo sea completamente identificado. Sin embargo, manifiesta que hasta que no llegue ese día, para ella su esposo sigue desaparecido. 

En más de tres décadas de búsqueda, justicia y verdad, Temilda se educó con el Equipo Argentino de Antropología Forense y trabajando con Asfaddes, encontró e identificó a 33 de los 34 desaparecidos que buscaban. 

Además, ayuda y fortalece a aquellas familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos en el marco del conflicto armado. 
 

Más sobre este tema: